La sabiduría popular dice que “más vale prevenir que curar”. Es cierto que algunas enfermedades son inevitables, pero muchas se pueden prevenir.
A continuación, te presentamos cuatro cosas que puedes hacer desde ya para vivir con mejor salud. Son muy sencillas, pero también fundamentales:
1 LÁVARSE LAS MANOS
Según el Ministerio de Salud, lavarse las manos “es una de las maneras más efectivas y económicas de prevenir enfermedades”. Solo hay que tocarse la nariz o los ojos sin haberse lavado las manos para contraer la gripe o un resfriado. La mejor defensa contra los gérmenes es lavarse las manos con jabón varias veces al día.
Algunos estudios demuestran que muchas personas no se lavan las manos o no se las lavan correctamente después de ir al baño. Así que no debemos dar por sentado que nos lavamos bien las manos. ¿Cómo hay que lavárselas?
- Hay que mojarse las manos con agua corriente y limpia y enjabonarlas.
- Frotar hasta conseguir espuma. No hay que olvidar los pulgares, el dorso de las manos, debajo de las uñas y entre los dedos.
- Hacerlo durante al menos veinte segundos.
- Enjuagarse con agua corriente y limpia.
- Secarse con una toalla limpia o de papel.
2 CUIDAR LA DIETA
Para estar sano hay que comer bien. Eso significa comer todo tipo de alimentos y evitar los excesos. Los expertos aconsejan vigilar el consumo de sal, grasas y azúcar, e incluir frutas y verduras en la dieta. Cuando se compra pan, cereales, pasta o arroz, es bueno leer las etiquetas y escoger los que sean integrales, pues son más ricos en fibra y en nutrientes. En cuanto a las proteínas, ya sea en carnes rojas o blancas, conviene comer porciones pequeñas y sin grasa. Si es posible, incluir pescado un par de veces por semana. También hay vegetales que son ricos en proteínas.
Comer mucha azúcar y demasiadas grasas saturadas, favorece el sobrepeso. Es conveniente beber agua en lugar de refrescos o gaseosas, y en vez de postres o dulces, comer fruta. Y, por supuesto, reducir el consumo de alimentos que contienen grasas saturadas: salchichas, carnes, queso, galletas, etc.
Si se consume mucha sal, la presión sanguínea se puede disparar. Así que, en vez de sazonar con sal, otra opción es usar especias y hierbas aromáticas. Además, en la etiqueta de los alimentos envasados, se puede ver cuánta sal, o sodio, contienen.
Los alimentos también pueden transmitir enfermedades si no se preparan o guardan como es debido. En Estados Unidos, 1 de cada 6 personas se intoxica por comer alimentos contaminados. ¿Cómo puede evitarse?
- Como en ocasiones se utiliza estiércol para abonar la tierra, hay que lavar siempre bien las verduras antes de prepararlas.
- Antes de empezar a cocinar, hay que lavarse las manos con agua caliente y jabón. Lo mismo hay que hacer con los utensilios, los platos y las superficies donde se vayan a preparar los alimentos.
- Es importante lavar las superficies o los platos donde se han puesto huevos, carne o pescado crudos antes de volver a utilizarlos. Así se evitará que las bacterias contaminen los alimentos listos para comer.
Se debe procurar cocinar bien los alimentos, es decir, hasta que alcancen la temperatura adecuada. Si no se van a consumir en el momento, es mejor ponerlos en el refrigerador cuanto antes.
Y no olvidemos desechar cualquier alimento que se haya dejado a temperatura ambiente más de dos horas, o una hora si la temperatura supera los 32°C (90°F).
3 HACER EJERCICIO
Con independencia de la edad, necesitamos hacer ejercicio para estar bien. Lamentablemente, muchos no hacen suficiente ejercicio. ¿Es en realidad tan importante? Pues sí. Si hacemos ejercicio, podemos lograr:
- Dormir mejor.
- Mantenernos ágiles.
- Tener los huesos y los músculos en buen estado.
- Llegar al peso ideal y no engordar.
- Reducir el riesgo de padecer depresión.
- Vivir más años.
Pero si no hacemos ejercicio, es más probable tener las siguientes complicaciones:
- Problemas del corazón.
- Diabetes tipo 2.
- Presión arterial alta.
- Colesterol alto.
- Mayor riesgo de infarto.
¿Qué tipo de ejercicio es el más recomendable? Todo depende de la edad y la salud. Antes de empezar un nuevo programa de ejercicios, lo mejor es consultarlo con el médico y seguir sus recomendaciones. Se sugiere que los niños y adolescentes realicen 60 minutos diarios de ejercicio de intensidad moderada o alta, y que los adultos hagan 150 minutos semanales de ejercicio de intensidad moderada o 75 de intensidad alta.
Ayuda mucho elegir un ejercicio que nos divierta. Tal vez algo como caminar a paso ligero, trabajar en el jardín, nadar, correr, remar, jugar al baloncesto, tenis o fútbol, hacer ciclismo o actividades parecidas. ¿Cómo sabremos si el ejercicio es de intensidad alta o moderada? Por regla general, si sudamos, es de intensidad moderada, y si durante el mismo no logramos mantener una conversación, es de intensidad alta.
4 DORMIR LO SUFICIENTE
No todos necesitamos dormir las mismas horas. Los recién nacidos duermen de dieciséis a dieciocho horas; los niños de uno a dos años, alrededor de catorce horas, y los de tres a cuatro años, entre once y doce horas. Los niños en edad escolar necesitan al menos diez horas de sueño; los adolescentes, nueve o diez, y los adultos, de siete a ocho.
Descansar lo suficiente es absolutamente necesario. Según los expertos, es imprescindible para lo siguiente:
- El crecimiento y desarrollo de niños y adolescentes.
- Aprender y retener información nueva.
- Mantener en equilibrio las hormonas que controlan el peso y el metabolismo.
- La salud cardiovascular.
- Prevenir enfermedades.
La falta de sueño puede ocasionar obesidad, depresión, problemas del corazón y diabetes. Hasta puede causar accidentes mortales. Si queremos evitar estos peligros, debemos asegurarnos de dormir lo suficiente.
Si somos de los que dormimos poco, he aquí lo que podemos hacer:
- Fijar un horario para irnos a la cama y levantarnos.
- Asegurarnos de que el dormitorio sea oscuro y acogedor, de que no haya ruido y de que no haga ni mucho frío ni mucho calor.
- Evitar ver la televisión o usar el ordenador, teléfono o tableta en la cama.
- Procurar que la cama sea lo más cómoda posible.
- No cenar demasiado, ni tomar café ni bebidas alcohólicas antes de dormir.
- Consultar al médico si después de poner en práctica estas sugerencias seguimos sin poder dormir, tenemos demasiado sueño de día o nos cuesta respirar mientras dormimos.
CUIDA TU SALUD
La salud se ve afectada por cosas que no es posible controlar, como la economía, la disponibilidad de recursos, etc. De todas maneras, seguro que podemos poner en práctica algunas de las sugerencias presentadas. Como dijo un hombre sabio de la antigüedad, la persona inteligente “ha visto el peligro y toma medidas prontamente”.