MUPITI, comprometida con fortalecer la cercanía con sus mutualistas, continúa su serie de conversaciones con los delegados territoriales. En esta ocasión, hablamos con Enrique Domínguez Peralta, delegado de MUPITI en el Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Navarra, un veterano de la Mutualidad que ha vivido de primera mano su evolución, su modernización y su crecimiento sostenido. Desde su experiencia, comparte una visión realista sobre el papel que MUPITI desempeña en la vida de los ingenieros técnicos industriales y sobre cómo la entidad ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia.
- ¿Qué convierte a MUPITI en una opción verdaderamente ventajosa frente a otras entidades de previsión social?
Llevo muchos años vinculado a MUPITI y, con el tiempo, he comprobado que su fortaleza está en el equilibrio. Aquí se busca rentabilidad, pero con responsabilidad. No se persiguen resultados rápidos, sino sostenibles, siempre priorizando la seguridad y la estabilidad de los mutualistas. Esa forma de gestionar, con prudencia y visión a largo plazo, es lo que ha permitido que MUPITI crezca con paso firme, incluso en momentos de inestabilidad económica.
Además, hay un aspecto que marca la diferencia: las decisiones se toman desde dentro de la profesión, por ingenieros técnicos industriales que conocen de verdad nuestras necesidades. Eso se nota.
La Mutualidad combina solvencia técnica, rigor financiero y una cercanía que pocas entidades mantienen. Y todo con un principio muy claro: los resultados se reinvierten en los mutualistas, no en terceros.
- ¿Cómo acompaña MUPITI a los colegiados de vuestra provincia en cada etapa de su vida profesional y personal?
MUPITI está presente a lo largo de toda la trayectoria profesional de un ingeniero.
Desde los primeros años, ofreciendo la posibilidad de ejercer como autónomo con la alternativa al RETA, hasta la etapa final, ayudando a planificar la jubilación con soluciones de ahorro y previsión adaptadas a cada situación.
A medida que cambia la vida, cambian también las necesidades, y MUPITI lo entiende bien. En los momentos de mayor actividad, las coberturas de vida y de incapacidad ofrecen tranquilidad. Más adelante, los productos de ahorro y jubilación permiten organizar el futuro con cabeza, aprovechando las ventajas fiscales que ofrece la Mutualidad.
Como delegado, mi labor es estar cerca de los compañeros, resolver sus dudas y ayudarles a tener la mejor información para cada decisión.
- ¿Qué valores o aspectos de la gestión de MUPITI generan mayor confianza?
Sin duda, la solvencia, la prudencia y la transparencia.
He asistido a muchas reuniones y asambleas, y siempre me ha impresionado la seriedad con la que se toman las decisiones. No hay improvisación, sino planificación. Se analiza cada paso y se gestiona con visión de futuro, pensando en proteger los recursos de todos los mutualistas.
La solvencia de MUPITI supera con creces los niveles exigidos por la normativa, lo que demuestra una gestión sólida y previsora. Además, la transparencia es total: los informes financieros y las auditorías están a disposición de todos, y las cuentas se presentan con claridad. Todo eso genera confianza, porque cuando las cosas se hacen bien, se percibe.
- Un recuerdo o experiencia que refleje el impacto real de MUPITI
Más que una anécdota personal, destacaría los momentos de cambio que ha vivido la Mutualidad y cómo los mutualistas hemos respondido siempre con serenidad y unidad.
He visto transiciones importantes, como el paso de Solvencia I a Solvencia II, la adaptación del tipo de rentabilidad a los nuevos entornos de mercado, o los ajustes necesarios para garantizar el equilibrio técnico de cada producto.
“En todos los cambios que ha vivido la Mutualidad, los mutualistas hemos respondido siempre con serenidad, responsabilidad y unidad.”
—Enrique Domínguez Peralta, delegado de MUPITI en Navarra
En todos esos procesos, la actitud de la Mutualidad y de sus mutualistas ha sido ejemplar: realista, responsable y madura. Nunca ha habido reacciones impulsivas ni desconfianza; al contrario, ha prevalecido el sentido común y la conciencia de que los cambios eran necesarios para asegurar el futuro. Esa forma de afrontar los retos colectivos es, para mí, el mejor reflejo del espíritu de MUPITI.
En resumen, MUPITI es una Mutualidad con historia, pero también con visión de futuro. Ha sabido evolucionar y modernizarse sin perder su esencia: la de una entidad cercana, profesional y gestionada con principios. Y eso, después de tantos años viéndola crecer desde dentro, me hace sentir orgullo de pertenecer y de representarla en Navarra.