CONTEXTO ECONÓMICO Y FINANCIERO
La economía mundial ha visto como su expansión se ha debilitado en el ejercicio 2018, instalándose en el último trimestre del año un sentimiento de ralentización económica cuyo efecto en los mercados financieros ha dejado la sensación de una posible recesión en el horizonte; y todo ello a pesar de que los datos económicos y empresariales a nivel mundial han sido favorables.
No obstante, lo que sí es una realidad y no una sensación es que 2018 ha supuesto un año especialmente duro y complicado para los activos financieros mundiales, de tal manera que ha sido el segundo año más negativo en términos de rentabilidad del presente siglo.
Prácticamente todos los activos de riesgo han arrojado rentabilidades negativas en el acumulado del año, mientras que los activos más solventes apenas han logrado superar el punto porcentual en el mejor de los casos.
Un cúmulo de factores, algunos de carácter político y otros de naturaleza económica, han llevado a los mercados financieros, tanto de RF como de RV, salvo contadas excepciones, a unos niveles extremadamente desfavorables.
Todas las bolsas mundiales han cerrado en negativo, con las honrosas excepciones de la bolsa brasileña y el índice Sensex30 India. Las bolsas europeas han vivido un año negro, con pérdidas del Euro Stoxx 50 del 14,3%, del 18% en el caso del Dax alemán, o del 15% para el Ibex.
Este panorama hay que enmarcarlo en un contexto de tipos de interés anormalmente bajos, que se mantiene desde hace años y para el que, un año tras otro, se retrasan las expectativas de cambio. El bono alemán a 10 años cierra con una rentabilidad del 0,24%, el bono español con un 1,40% y el italiano con un 2,75%. Pero si observamos la rentabilidad de estos mismos bonos a dos años, el resultado es: Bono alemán -0,61%; bono español -0,25% y bono italiano 0,46%.
LOS PLANES Y FONDOS DE PENSIONES Y LA ACTIVIDAD ASEGURADORA EN CIFRAS
Este escenario se ha trasladado a las valoraciones de las carteras de los planes de pensiones, que han cerrado con rentabilidades negativas en todas las categorías. Así se refleja en el informe de cierre del ejercicio publicado por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). La rentabilidad media anual ha sido del -4,49% (en el ejercicio 2017 fue un 2,56%). Los fondos más penalizados han sido los de RV (-10,10%) y en cuanto a los fondos de Renta Fija Mixta, que son los equiparables por composición a la cartera de inversiones de Mupiti, su rentabilidad ha sido del -4,08% (frente a un 1,50% en 2017).
El volumen de primas de la actividad aseguradora en España ha tenido un comportamiento desigual; así en tanto el volumen de primas del seguro de vida se ha reducido en un 1,68%, el seguro de no vida ha experimentado un crecimiento del 3,94%.
Si ponemos el foco en la actividad aseguradora del Ramo de Vida en España, según datos facilitados por ICEA –obtenidos de una encuesta realizada a 164 entidades que representan una cuota de mercado del 96,5% de las primas del sector-, a cierre del ejercicio 2018, el volumen de primas alcanzó la cifra de 28.914 millones de euros (-1,68% respecto a 2017) y el ahorro gestionado se cifró en 188.089 millones de euros (+2,44% respecto a 2017).
Los seguros de vida ahorro no se ven favorecidos con el entorno de bajos tipos de interés. Esta situación, prolongada en el tiempo, influye tanto en las entidades como en los consumidores finales. Las compañías ven como tienen que hacer frente a los vencimientos de sus inversiones en RF con activos de rentabilidades muy bajas, lo que dificulta la garantía de los tipos de interés que otorgan. Por su parte, los consumidores se retraen de entrar en estos productos a la espera de rentabilidades más elevadas; si bien, en el ejercicio 2018, no han encontrado alternativas de inversión con rentabilidades positivas debido a las fuertes caídas y la altísima volatilidad de los mercados de valores.
En línea con este entorno de bajos tipos de interés y de rentabilidades excepcionalmente negativas, la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones ha mantenido el tipo de interés máximo aplicable para el cálculo de la previsión de seguros de vida, fijándolo para el ejercicio 2019 en el 0,98%.
MUPITI EN EL EJERCICIO 2018
Si analizamos los indicadores de la actividad de Mupiti a cierre del ejercicio podríamos concluir que ha sido un año positivo, especialmente si tenemos en cuenta las dificultades derivadas de un entorno político internacional complejo y unos mercados financieros muy tensionados, vulnerables y altamente volátiles.
Continuidad en el crecimiento
Mupiti ha mantenido durante 2018 la senda de crecimiento de la cifra de negocio de los tres últimos años, lo que ha permitido cerrar el ejercicio, al igual que los años precedentes, con un resultado positivo.
Los ingresos por primas han ascendido a 20,08 millones de euros, lo que representa un aumento de 0,92 millones de euros respecto del ejercicio 2017 (incremento del 4,85%). Esta cifra supone haber alcanzado el ambicioso objetivo de crecimiento que nos habíamos fijado al inicio del ejercicio, establecido en 20 millones de euros, y supone un grado de consecución del 100%.
El incremento en primas se ha producido, como en ejercicios anteriores, en los seguros de ahorro; fundamentalmente en el seguro de ahorro Bambú que, debido a sus particulares características de alta rentabilidad garantizada y no penalización en el rescate, ha concentrado un porcentaje superior al 56% de las primas, alcanzando la cifra de 11,26 millones de euros (un aumento de 0,62 millones de euros respecto a 2017). Destacable en 2018 el lanzamiento del nuevo seguro “SegurCiti”, que ha contribuido con 0,70 millones de euros a los ingresos totales por primas (lo que representa un 3,49%). Por lo que respecta al PPA Mupiti, si bien los ingresos por primas han sido inferiores al ejercicio 2017, se ha alcanzado la cifra de 1,36 millones de euros, representando un 6,79%.
El crecimiento de las primas año tras año revela que los mutualistas aumentan su confianza en Mupiti para la gestión de sus ahorros y, la distribución de las mismas entre las distintas modalidades de seguro, pone de manifiesto que ha existido una preferencia por aquellas modalidades de ahorro en las que no está limitada legalmente su disponibilidad.
El seguro Mupiti Profesional, a través del cual los mutualistas que trabajan por cuenta propia ejercen su opción por Mupiti como alternativa al RETA, se ha mantenido estable. El número de mutualistas que mantienen activa esta opción a cierre del ejercicio es de 1.556 (6 mutualistas menos que en 2017), manteniéndose una similar proporción respecto al número total de mutualistas (en torno al 6%).
En cuanto a las prestaciones, el importe satisfecho en el ejercicio ha sido de 13,56 millones de euros, superior en 0,54 millones de euros al del ejercicio 2017, y motivado por el gran peso que en dicha partida de la cuenta de pérdidas y ganancias tienen los rescates del seguro de ahorro Bambú (que no tiene penalización por rescate a partir del primer año).
En consecuencia, el resultado del ejercicio después de impuesto ha sido, un año más, positivo y por un importe de 325.867,74 euros (inferior en 109.732 euros al del ejercicio 2017).
Rentabilidad positiva en un año muy difícil para la obtención de rentabilidad
En opinión de todos los analistas financieros, el año 2018 ha sido un año muy difícil tanto para la construcción de carteras como para la obtención de rentabilidades. Prueba de ello es que ha sido el año más negativo en términos de rentabilidad del siglo XXI, si exceptuamos el año 2008, año de la crisis financiera.
La gestión de las inversiones de Mupiti, en un entorno tan complicado, ha tenido que adaptarse para mantener el objetivo principal de preservar el capital. La decisión de mantener unas posiciones de liquidez elevadas durante todo el ejercicio, a la postre y a la vista del resultado de los mercados financieros, se ha revelado como muy acertada; si bien ha motivado que la rentabilidad, siendo positiva, haya sido inferior a la del ejercicio 2017.
Los ingresos financieros de la cartera de inversiones, netos de gastos, han ascendido a 1,70 millones de euros. A esta cuantía hay que sumar unos ingresos netos de 0,04 millones de euros que se han obtenido con la enajenación de algunos activos financieros de la cartera.
A cierre del ejercicio 2018, los seguros de ahorro de Mupiti con tipo de interés garantizado al 1% han tenido una rentabilidad del 1,22%, lo que ha representado una rentabilidad para el mutualista del 1,20% (un 25% inferior a la del ejercicio 2017).
La cartera de inversiones con la que cierra Mupiti el ejercicio 2018 tiene un valor de mercado de 123,10 millones de euros, habiendo aumentado en 3,82 millones de euros respecto al ejercicio 2017.
Cada vez más cerca del crecimiento en el número de mutualistas
El número total de mutualistas a cierre del ejercicio asciende a 25.996, lo que supone una reducción de 268 mutualistas (1,02%) respecto al ejercicio 2017. Una buena noticia si consideramos que en el ejercicio 2017 el número de mutualistas se redujo en 1.344 en relación con el ejercicio 2016 (un 4,87%).
Cada vez estamos más cerca de invertir la tendencia de disminución de los años anteriores, motivada por las bajas de los seguros colectivos, y empezar a ver crecimiento en el número de mutualistas.
En lo que respecta al número de contratos, la cifra total a cierre del ejercicio es de 37.674, lo que supone un incremento del 3,63% en relación al ejercicio 2017.
Este incremento viene explicado, en parte, por la incorporación al censo de un grupo de contratos que no se reflejaban en la estadística por estar en estado de pasivo (no se abonan primas), si bien tenían derecho a prestación tal y como se venía reconociendo en las provisiones matemáticas.
El índice de penetración de Mupiti en el colectivo, definido como la ratio resultante de dividir el número de mutualistas entre el número de colegiados, es un 35,94%; un índice que se mantiene en línea con la del ejercicio 2017 (35,76%).
De otra parte, la ratio derivada de dividir el número de contratos entre el número de colegiados asciende al 52,09%, ligeramente superior a la del ejercicio 2017 (49,49%).
Se cumplen tres años desde la entrada en vigor de Solvencia II
Con el final del ejercicio 2018 se han cumplido tres años desde la entrada en vigor, el 1 de enero 2016, de la normativa europea de Solvencia II.
Los indicadores de cobertura de los requerimientos de capital reflejan que Mupiti mantiene una posición de solvencia consolidada. A cierre del ejercicio 2018, los Fondos Propios para cobertura del capital de solvencia ascienden a 8,26 millones de euros, representando una cobertura del capital de solvencia obligatorio del 130,48% y una cobertura del 307,88% sobre el capital mínimo obligatorio.
En relación con la cobertura del ejercicio 2017, se ha producido una reducción del 23,31%, motivada por el aumento de las posiciones en fondos de inversión con el objetivo de buscar una alternativa de la rentabilidad para compensar las elevadas posiciones de liquidez. No obstante, la cobertura al final del ejercicio sigue estando por encima del mínimo fijado en la política de gestión de riesgos de la Mutualidad (ratio de cobertura de SCR comprendido entre el 105% y el 110%).
Adaptación al Nuevo Reglamento de Protección de Datos
El ejercicio 2018 ha sido el año de la entrada en vigor de la nueva normativa de Protección de Datos Personales, el Reglamento (UE) 2016/679, conocido como “Reglamento Europeo de Protección de Datos”, y la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales.
Mupiti ha realizado una revisión exhaustiva de sus contratos, sistemas y procesos para adaptarlos a la nueva normativa en materia de protección de datos y ha procedido a la designación del Delegado de Protección de Datos (DPO).
El compromiso de la Junta Directiva de la Mutualidad en esta materia -por tratarse de una normativa que intenta dar respuesta al imparable avance de la Sociedad de la Información, en el entorno multimedia y digital-, se ha reflejado en la aprobación de una Política de Seguridad Informática, que incorpora, para conocimiento de todos los empleados de la entidad, un apartado de buenas prácticas y pautas específicas para el adecuado uso de los recursos informáticos. Todo ello con la finalidad de facilitar el cumplimiento del principio de responsabilidad proactiva en todos los niveles de la organización.