LA MÚSICA tiene una enorme influencia en las personas. Nos ayuda reducir el estrés, nos llega a las emociones más profundas y puede levantar el ánimo. Con la música se expresan todo tipo de estados de ánimo, desde alegrías a tristezas.
Desde la infancia muchos hemos escuchado música, pues tal vez nuestra madre nos arrullaba con canciones de cuna. En la adolescencia cobra especial interés la afición a la música de estilo romántico y electrónica, y según nos vamos acercando a la edad adulta, muchos disfrutamos de música relajante, como la clásica o el jazz, que nos encanta escuchar especialmente cuando llega la noche, quizás acompañada de una buena cena y una copa de buen vino tras un día de trabajo ajetreado.
¿Es beneficioso cantar?
Quizás estés pensando que esto no es lo tuyo. Sin embargo, abrir la boca de par en par y cantar influye en nuestro estado de ánimo. No se trata de ser un profesional, pero intentarlo y practicar puede ayudar a mejorar. Aun si tu voz no es que digamos fácil de escuchar, no te retengas de hacerlo. “La voz está en contacto directo con el punto desde donde surgen las emociones más profundas y es el instrumento más eficaz para poder expresarlas”, revela la revista Psychologies en español. “Cantar es algo emocionante —asegura la soprano Ainhoa Arteta—. Aconsejaría a cualquier persona que sienta la necesidad de expresarse mediante el canto, que lo haga con toda libertad y espontaneidad.”
Una observación importante.
Puesto que la música ejerce una gran influencia en las emociones, debemos elegirla con cuidado. Conviene tener en cuenta, por ejemplo, que algunas bonitas melodías disimulan letras desagradables que restan importancia a temas como el odio o la violencia, o incluso los fomentan. Lo cierto es que la música que uno elige no es un asunto de menor importancia.
Puede ser terapéutica
“Una de las razones por las que la música está presente en casi todas las culturas es que puede generar y mantener la salud y el bienestar en el ser humano”, señala el libro Principles and Practice of Stress Management (Teoría y práctica del control del estrés). Cuando cantamos —dice la revista Psychologies—, todo nuestro cuerpo resuena y vibra. A su vez, esas suaves vibraciones contribuyen a que los tejidos se relajen y dilaten, lo que posiblemente ayude a reducir el dolor.
En consecuencia, algunos terapeutas animan a los pacientes que sufren de estrés a escuchar música relajante para mejorar el estado de ánimo. Ciertos hospitales incluso ponen música en las unidades de cuidados intensivos. Los bebés prematuros y los pacientes que se han sometido a una operación quirúrgica suelen reaccionar bien a la música agradable. Según el libro antes citado, los estudios indican que escuchar música relajante “reduce significativamente los niveles de la hormona del estrés durante las operaciones”.
La música también sirve para disminuir la ansiedad en las mujeres embarazadas, pues favorece la relajación durante el parto. Los dentistas a veces utilizan música suave a fin de crear un ambiente más tranquilo para los pacientes tensos.
No es de extrañar que algunas personas, según se levantan por la mañana, lo primero que hacen es poner música mientras se preparan para irse a trabajar o a estudiar, pues esto les pone de buen humor para afrontar el día.
Puesto que la música nos permite expresar prácticamente todas las emociones e influye de forma tan poderosa en los sentimientos, la mente y el cuerpo, y puede tener efectos terapéuticos muy beneficiosos para la salud y el bienestar, desde MUPITI nos hacemos eco de todo aquello que contribuya a la salud y a la mejora del bienestar y la felicidad.
Así que, disfruta de la música, de tu estilo favorito y, si además te animas, no te cortes y aunque sea bajo la ducha, ¡que fluya ese torrente de voz!