TU TAMBIEN PUEDES DEJAR DE FUMAR

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Te animamos a leer con detenimiento este artículo y sin prejuicios. Nos vamos a centrar en varias sugerencias para conseguir dejar de fumar y que les han resultado a otros.

Según un informe de Sanitas (uno de los numerosos informes médicos existentes en la materia) fumar aumenta el ritmo cardíaco, la viscosidad de la sangre, la agregación de plaquetas y la vasoconstricción como consecuencia de los efectos de la nicotina sobre el organismo. A ello hay que añadir el riesgo de sufrir pancreatitis, como ha demostrado un estudio reciente.

En este articulo no vamos a poner el foco en las pruebas (que abundan) de que fumar daña gravemente el organismo, como los vasos sanguíneos, el corazón, provoca el desarrollo de diversos tipos de cáncer (pulmón, lengua, boca…) y de que es uno de los principales factores de riesgo de sufrir un ictus. Vamos a centrarnos en cómo se puede dejar de fumar.

Lo primero, abandonar el tabaco es como aprender a montar en bicicleta: el primer intento suele fracasar. De manera que tienes que estar dispuesto a realizar varias tentativas hasta lograrlo, tienes que resolverte a no abandonar la lucha hasta conseguirlo.

Una recaída no es una derrota, sino parte del proceso de aprendizaje, un pequeño retroceso en un programa que puede culminar en éxito.

A continuación, te daremos algunas sugerencias que han surtido efecto en otros casos y que pueden ayudarte a ti también.

PREPARATE MENTALMENTE

  • Convéncete de que vale la pena abandonar el tabaco. Enumera las razones, sin olvidar ni un solo beneficio. Para ello haz una lista y repásala varias veces.
  • Examina tus hábitos diarios para determinar cuando fumas y por qué lo haces. Será útil que lo anotes. Así podrás prever que momentos serán más difíciles una vez abandonado el vicio.

FIJA EL DIA

  • Pon fecha al día de dejar de fumar, señálalo en un calendario y, cuando llegue el día, deja de fumar. Te será útil fijar el día preferiblemente en un momento de tu vida en el que la tensión externa sea menor. Pero tampoco lo demores buscando el momento ideal, porque no hay momento ideal.
  • Justo antes del día fijado, deshazte de ceniceros, encendedores o cerillas y lava toda la ropa, cortinas etc., que huelan a humo.
  • Háblalo a tus familiares, amigos y compañeros de trabajo o estudios y pídeles que te apoyen. Pídeles que no fumen en tu presencia.
  • El día que has fijado debes llenarlo con una actividad. Planéala. Visita algún lugar donde no se permita fumar como, por ejemplo, un museo, un teatro, haz ejercicio, da un paseo, sal a correr, monta en bicicleta o vete a nadar.

EL SINDROME DE ABSTINENCIA

Es lógico que se tengan síntomas a las pocas horas, como irritabilidad, impaciencia, hostilidad, ansiedad, insomnio, aumento del apetito y enormes ganas de fumar. Un médico puede recetar algún fármaco para aliviar estos síntomas. Pero además puedes adoptar varias medidas:

  • Durante las primeras semanas (las más difíciles) ingiere alimentos bajos en calorías y bebe mucha agua. Puede ser útil llevar tentempiés de hortalizas crudas como zanahorias o apio. Hacer ejercicio contrarrestará el posible aumento de peso y calmará los nervios.
  • Rehúye los lugares y las situaciones que puedan incitarte a fumar.
  • Lucha contra los razonamientos erróneos que son habituales durante el síndrome de abstinencia: “Fumaré solo hoy para soportar el mal trago” “Es mi único vicio” “No puede ser tan malo como dicen, pues hay fumadores mayores de 90 años” “De algo hay que morir” “La vida sin tabaco es un aburrimiento”.
  • Si estas a punto de tirar la toalla, espera. Date diez minutos, a veces esperar y dejar pasar un poco de tiempo hace que se pasen las ganas irrefrenables. También, si piensas en no volver a fumar nunca puede hacerse insoportable. De sentirte así, concéntrate solo en no fumar ese día, y así el siguiente. De uno en uno, día a día.

NO DEJES DE SER EX FUMADOR

  • Los tres primeros meses son los peores, pero después debes continuar evitando lo máximo posible aquellos lugares donde se fuma y las situaciones que puedan inducirte a ello.
  • Aunque haya pasado un año o más, no te engañes pensando que puedes fumar ocasionalmente.
  • No enciendas ni un solo cigarrillo. Uno solo quizás sea suficiente para que después vengan otros y eches a perder, en un momento, todo el esfuerzo anterior. Aun si cedes y caes, no te rindas… no tienes por qué hacerlo otra. Si recaes, vuelve a dejarlo radicalmente.

Miles de fumadores se han librado de este hábito pernicioso con determinación y persistencia, así que tú también puedes lograrlo.

Desde Mupiti, apoyamos y promovemos toda iniciativa que favorezca la buena salud y la prevención de los riesgos. Ese es nuestro objetivo como Mutualidad de Previsión.